sábado, 9 de julio de 2011

RUNWAY. CAP 07

Emmett POV
-¡¿Q-Que demonios dices Rosalie?! ¡¿Estás bien?!- Yo preocupado por ella, y ella haciendo bromas.
-Si, estoy bien –susurro
-¿Qué te paso?-pregunte tomándola por la nuca, ayudándola a sentarse. Hasta ahora no lo había notado que su cabello estaba despeinado, tenía unas manchas de suciedad en su cara, sus hermosos ojos estaban conteniendo las lagrimas, baje mi mirada recorriendo su cuerpo –sin nada morboso, solo checando los daños- su blusa estaba desgarrada, su falda estaba levantada hasta muy arriba, casi dejando ver su ropa interior, no traía sus zapatillas… sin pensarlo dos veces me quite mi saco y la cubrí con el – ¿Me vas a decir que te ha pasado?-pregunte casi susurrando.
Ella se acerco más a mí, me abrazo y se amoldo a mi pecho, comenzó a sollozar.
-Rosalie, me asustas, ¿estás bien?-ella no contestaba. Instintivamente lleve mis brazos por su espalda, reconfortándola- Tranquila, todo estará bien. ¿Quieres que te lleve al hospital?
-¡NO!, por lo que más quieras, no. Solo llévame a otra parte, no quiero estar aquí- se notaba desesperada.
La puse de pie, le acomode la ropa, evitando que se viera de mas, baje su falda y la cubrí con mi saco, íbamos a empezar a caminar, pero ella no pudo, sus pies se doblaron. La tome en brazos y la conduje hasta mi auto. En el camino la gente se nos quedaba viendo, Rosalie escandia su rostro en mi cuello, aun sollozaba.
-Vamos a mi casa, ¿está bien?
-Si-susurro entre sollozos.
Llegamos al auto, la acomode en el asiento del pasajero, abroche su cinturón ya que ella parecía ida, como si no estuviera conmigo. Corrí hasta la dirección del conductor subí y me puse el cinturón. Arranque el Jeep y en cuestión de 15 minutos estábamos en mi casa.
Aparque el auto, pero Rosalie no pareció moverse. Baje del auto y la ayude a bajar, nuevamente la tome en brazos –no quería arriesgarme a que volviera a caer- y me dirigí hacia el apartamento. Con un brazo sostenía a Rosalie mientras que con el otro abría la puerta. Entramos y encendí las luces, la senté en el sofá, ella seguía ida.
-Rosalie, ¿quieres algo para beber?- no contesto –Te traeré un té.
Bueno, más que para Rosalie, el te era para mí. Recordé como la encontré y no pude evitar pensar lo peor, ella no ha hablado nada durante el camino. No me ha insultado. Dejo que la abrazara y que la cargara. Por más desagradable que ella fuera para mí, no le deseaba ningún mal y si alguien se había atrevido a hacerle algo… no quería ni pensar en lo que le iba a hacer.
El agua estaba lista, serví dos vasos uno para ella con un sobrecito de té, mientras que yo me prepare un café muy cargado. Salí de la cocina y ella seguía tal y como la había dejado, sin moverse, incluso parecía que no había estado respirando.
-Rosalie toma tu té. Lo endulce con miel.- se lo tendí y lo que ocurrió a continuación fue muy rápido. Mis manos tocaron sus brazos, ella se levanto rápidamente, me empezó a gritar que nunca la tocara, lloraba como nunca en mi vida había visto llorar a alguien. Yo intentaba calmarla, pero ella solo se alteraba más. Por más tonto que me creían, se que esos son signos de… abuso sexual.

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